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Ruta de Las Médulas Circular
Carucedo, León (Castilla y León) ~ ¸ 2:50h / 9.06Km.
Carucedo, Spain


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Ruta VIAS SUMMUM - Las Médulas

Introducción
En la comarca del Bierzo, León, nos encontramos con unos de los paisajes más singulares de España. Farallones de arena rojiza surgen entre bosques de robles y explotaciones de castaños, como las ruinas de una misteriosa ciudad que hubiera quedado olvidada a merced de la jungla. Este conjunto paisajístico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, es el producto de la conjunción de la acción del hombre y de la naturaleza.
Desde el siglo I y durante más de doscientos años, Las Médulas fue la mayor mina aurífera a cielo abierto del Imperio Romano. Las formaciones rojizas que vemos hoy en día son el resultado del ingenioso sistema de explotación que diseñaron los romanos, denominado ruina montium, que consistía en, literalmente, deshacer la montaña gracias a la fuerza del agua que era estratégicamente introducida en la tierra a través de numerosos canales. Esta misma agua, nuevamente canalizada, arrastraba después toda la tierra rica en oro hasta los lavaderos. El sistema hidráulico fue una proeza de la ingeniería romana y uno de los más espectaculares conocidos, tanto por su longitud y ramificación de canales como por la cantidad de agua empleada. Todavía hoy se pueden observar los restos de estos canales que traían el agua desde los cercanos Montes Aquilanos. También podemos ver las cuevas formadas por la presión del agua introducida en la tierra e, incluso, visitar alguna de las galerías que aún quedan.
Pero, como hemos dicho, este magnífico paisaje no es sólo fruto de la actividad humana. Una vez cesó la actividad extractora, la naturaleza poco a poco volvió a reclamar el terreno para sí, cubriéndolo de helechos, robles, escobas, encinas y carrascas. La actividad humana continuó, esta vez en forma de explotaciones agrícolas, y así hoy nos encontramos con numerosos castaños, algunos de ellos catalogados como árboles centenarios.
En cuanto a la fauna destacan el conejo, la liebre y varias especies de reptiles. También pueblan estos bosques el jabalí, la gineta, el tejón, el lirón careto, el corzo y aves como el azor, el gavilán o la paloma torcaz.
Existe en este paraje una red de senderos señalizados. La ruta circular que ha sido distinguida por la marca Vias Summum – Los Senderos Más Bonitos de España es el resultado de la suma de varios tramos de estos senderos existentes y ha sido diseñada así para ofrecer la visión más completa de este increíble conjunto paisajístico.
El recorrido
A la entrada de la población de las Médulas encontraremos un amplio aparcamiento, cerca del Aula Arqueológica, donde podremos dejar nuestro vehículo. Desde aquí debemos bajar por las calles del pueblo hasta el Centro de Visitantes, punto de inicio de nuestro recorrido. Partimos y en poco más de cien metros llegamos a una primera bifurcación. Tomamos la vía de la derecha, atravesando una pequeña valla de madera. Se trata de una pista asfaltada, señalizada como “Senda de las Valiñas”. Unos cientos de metros después de cruzar la cancela de madera, cuando el camino hace una curva a la izquierda con un banco y una papelera, a nuestra derecha sale un sendero marcado como “Senda de Reirigo”. Tomamos este desvío y comenzamos a ganar altura entre unos impresionantes ejemplares de castaños. Dependiendo de la época del año en que hagamos el recorrido podremos disfrutar de una auténtica estampa otoñal, con los castaños y los robles tiñendo de marrones y ocres el paisaje.
Este primer tramo del sendero asciende progresivamente aunque la pendiente se hace dura en algunos momentos. A medida que vamos ganando altura, el robledal toma el relevo del castaño hasta que, una vez arriba, el camino serpentea por un espeso helechal hasta conectar con la denominada “Senda Perimetral”. En este cruce giramos a la derecha y seguimos la senda hasta llegar al Mirador de Pedrices, desde el que podremos tener una primera panorámica de Las Médulas, con la población homónima en primer plano, y del lago Sumido. Este lago junto con las lagunas Larga, Negra y Pinzáis existen a consecuencia, también, de la explotación minera romana. Incluso el nombre del mirador tiene que ver con esta actividad ya que deriva de las numerosas acumulaciones de piedras (conocidas como murias) visibles desde el mismo. Estas murias proceden del material sobrante tras el lavado de la tierra en busca del preciado oro.
Disfrutadas las vistas, regresamos sobre nuestros pasos hasta el mismo cruce en el que nos desviamos antes y giramos a nuestra derecha para continuar durante unos metros por la Senda Perimetral. Llegaremos hasta un cartel que indica la subida al“Alto de Reirigo”. Tomamos este desvío e iniciamos un fuerte ascenso que culminará a 979 metros, donde se sitúa otro mirador que nos regalará las que quizás sean las mejores vistas de lo que fue la explotación minera, del pueblo de Las Médulas y de los lagos. Si miramos hacia el lado contrario podremos contemplar las primeras estribaciones de los Montes Aquilanos, desde donde los romanos dirigían el agua canalizada hasta la explotación.
Continuamos por el sendero. Vamos caminando por las afiladas crestas de las Médulas de Yeres, también conocidas como las Medulillas. Nos adentramos en el tramo más difícil de la ruta, no exento de riesgo ya que a medida que el camino va bajando de la cima, se va volviendo más estrecho y escarpado.  Por seguridad, algunos tramos de la bajada están protegidos por un pasamanos de cuerda al que poder asirse. Justo al finalizar el tramo del pasamanos nos encontramos con una pequeña cuesta a nuestra derecha. Bajamos. Nuestro camino continúa a la izquierda, sin embargo, si giramos a la derecha podemos acercarnos a contemplar unas pequeñas galerías existentes. Retomando nuestro camino, iremos ahora caminando pegados a la pared rojiza, por una senda estrecha y flanqueada a la derecha por una pronunciada pendiente, por lo que debemos extremar la precaución a medida que avanzamos. Además de ver las cuevas que nos encontraremos en la pared, caminar por esta senda nos permitirá apreciar de cerca la composición de esta tierra roja y entender cómo la presión del agua pudo ir desmoronando estos montes. Al final de la senda y la pared, encontraremos un pequeño poste de madera en el que giraremos hacia la izquierda para continuar por la Senda de Reirigo.
El camino sigue siendo estrecho y unos pequeños escalones nos ayudarán a superar un breve, pero fuerte desnivel. Poco a poco vamos dejando atrás las crestas y nos acercamos a la cota más alta de la zona y de nuestro recorrido, el pico Placias con sus 1022 metros y su vértice geodésico. Desde este punto comenzamos a bajar por una ancha pista hasta desembocar, de nuevo, en la Senda Perimetral, en la que giraremos a la izquierda y en la que, pocos metros después encontraremos  un cartel informativo y un pequeño desvío que permite bajar, ver y caminar por los restos del Canal de Peña Escribida, uno de los muchos canales que se construyeron para traer el agua a las minas y que, una vez abandonada la explotación, sirvieron como vía de comunicación para los lugareños.
Seguimos caminando por la Senda Perimetral y, unos quinientos metros después de la señal del canal, veremos un desvío a la izquierda con indicaciones hacia La Cuevona y La Encantada. Es el camino del Mirador. En breve, descenderemos por él para adentrarnos entre las moles rojizas de la mina, pero, por ahora, pasaremos de largo para alcanzar el Mirador de Orellán. Se trata de uno de los puntos panorámicos más conocidos de Las Médulas ya que, además de ofrecer unas vistas cercanas y maravillosas de la explotación, es accesible por carretera. En este punto encontraremos también la Galería de Orellán, visitable, pero  pasando por taquilla.
Tras disfrutar de las vistas del mirador y, quizás, de la visita a la galería, retornamos sobre nuestros pasos hasta el desvío antes mencionado y, ahora sí, descendemos por él entre un magnífico robledal hasta que llegamos a la “Senda de las Valiñas”, punto en el que giraremos hacia la derecha. Esta senda da servicio a las explotaciones de castaños que pueblan las cotas bajas de Las Médulas y es por ello que está asfaltada, aunque restringida al tráfico. A medida que vamos caminando, nos vamos acercando a las impresionantes paredes rojizas. Nos cruzaremos con varias sendas y caminos que dan acceso a las fincas y que, por tanto, debemos ignorar, hasta que, ya muy cerca de los grandes farallones, un cartel nos indica un desvío hacia las cuevas de La Cuevona y La Encantada. Seguimos las indicaciones del cartel y en pocos metros nos encontramos ante la inmensa oquedad de La Cuevona. Caminamos un poco más y llegamos a la algo más escondida La Encantada. Ambas son producto del desmoronamiento de la montaña por la fuerza del agua y en ambas podemos contemplar restos de los pequeños canales interiores que introducían el agua en la tierra.
Después de dedicar su merecido tiempo a la contemplación de las cuevas, desde la segunda bajamos por un pronunciada cuesta que nos situará de nuevo en la Senda de Las Valiñas. Giramos a nuestra derecha y continuamos nuestro camino, disfrutando de un agradable paseo por el interior de la antigua mina romana, acompañados siempre por los impresionantes pináculos rojizos y los troncos retorcidos de los castaños, hasta que el sendero alcanza el primer desvío que tomamos al inicio de nuestra excursión, a pocos metros del Centro de Visitantes, terminando así nuestra ruta.
No te puedes perder
1. Los miradores: Esta ruta pasa por tres miradores que nos ofrecerán tres panorámicas únicas del paisaje de Las Médulas: Pedrices, Alto de Reirigo y Orellán.

2. Galerías y cuevas: El proceso utilizado por los romanos en esta mina para la extracción de oro, el ruina montium, consistía en la introducción en la montaña, a través de múltiples canales, de agua para que la presión de la misma acabara desmoronándola, permitiendo así separar el oro de la tierra en los lavaderos. Hoy en día podemos observar en nuestro recorrido galerías como las de Reirigo y la de Orellán (visitable previo paso por taquilla) y cuevas como La Cuevona y La Encantada que son productos de este peculiar modo de explotación.


3. Canal de Peña Escribida: La red de canales con la que los romanos abastecieron de agua su sistema de explotación fue enorme, tanto por el número de éstos como por la cantidad de agua canalizada. Tan bien construidos estaban que, una vez abandonada la mina, muchos de esos canales dieron servicio como vías de comunicación a la gente de la comarca. Uno de estos canales es el de Peña Escribida, visitable desde nuestro sendero.


Ruta VIAS SUMMUM - Las Médulas

1. Salimos desde el Centro de Visitantes y en pocos metros llegamos a una bifurcación. Tomamos el camino de la derecha, pasando la valla de madera. (0h:00~)​

2. Vamos por una pista asfaltada y a nuestra derecha aparece un desvío señalizado como “Senda de Reirigo”. Tomamos este desvío. (0h:04~)

3. Algunos metros después tendremos que volver a girar a la derecha.

4. Vamos ascendiendo a través de una explotación de castaños, con caminos que dan servicio a la finca. En este punto debemos tomar la opción de la izquierda para continuar nuestro ascenso.

5. Culminada la subida, el camino serpentea por un frondoso helechal hasta que se cruza con la “Senda Perimetral”. En este punto giramos a la derecha para visitar el Mirador de Pedrices. Una vez visitado volvemos sobre nuestros pasos hasta este cruce y volvemos a girar a la derecha. (0h:25~)

6. Unos minutos después, nos encontramos con un nuevo desvío. El poste de señalización vuelve a marcar la Senda de Reirigo y la subida hacia el Alto de Reirigo. Tomamos el desvío e iniciamos el ascenso. (0h:35~)
Esta es la parte de mayor dificultad y riesgo de la ruta, ya que el sendero discurre por la cresta y muy pegado a la pared. No se recomienda a personas con poca experiencia y /o con problemas de vértigo. Pueden continuar por la Senda Perimetral hasta el punto en el que el sendero vuelve a enlazar con ella.

7. Al finalizar el pasamanos de cuerda debemos descender por la pequeña cuesta de nuestra derecha y, después, continuar el camino por nuestra izquierda.

8. El sendero vuelve a encontrarse con la Senda Perimetral cerca del área recreativa de Campo de Braña. Al incorporarnos a ésta, giramos a la izquierda. (1h:25~)

9. Unos metros después, nos encontramos con un cartel que nos invita a bajar para conocer los restos del Canal de Peña Escribida. Nuestro camino continúa por la Senda Perimetral, pero merece la pena bajar y caminar por los restos del canal romano.

10. Casi un kilómetro después de la señal del Canal, aparece este desvío a la izquierda que nos indica la bajada hacia las cuevas de La Cuevona y La Encatada. En este momento pasamos de largo para llegar, por la misma senda que llevamos, al Mirador de Orellán y a las Galerías. Visitado el Mirador, volveremos sobre nuestros pasos hasta este punto y, ahora sí, bajaremos por el desvío. (1h:35~)

​11. Al terminar la bajada llegamos a la Senda de las Valiñas, a la altura de la Fuente de la Tía Viviana. Giramos a la derecha. (2h:00~)

12. En este punto tomamos el desvío hacia las cueva de La Cuevona y La Encantada. (2h:12~)

13. Una vez visitadas ambas regresamos a la Senda de las Valiñas por una corta, pero pronunciada bajada desde la cueva de La Encantada, giramos a la derecha y seguimos por la senda hasta llegar, de nuevo al Centro de Visitantes. (2h:35~)
Todos los tiempos indicados en la descripción de la ruta son meramente orientativos. Se refieren siempre a tiempo de marcha efectiva, es decir, para su cálculo no se han tenido en cuenta las paradas.
La duración estimada de la ruta a un ritmo suave a es de aproximadamente 2 horas y 50 minutos.
Recomendamos completar las indicaciones de esta guía gráfica con la descarga del track oficial de la ruta para GPS .

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Decargas

                                                     
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